En el artículo de hoy te contamos cuáles son los gastos que puedes deducirte en la declaración de la renta como arrendador de una vivienda alquilada. Desde impuestos hasta gastos en reparaciones del pis. ¡Toma nota de todo para saber bien qué es lo que debes tener en cuenta!
Gastos de reparación y conservación de la vivienda
Desde la reparación de la caldera hasta la cisterna, incluso pintar el piso, todo esto lo puedes desgravar en la declaración. Para hacerlo bien hay que saber qué es lo que entiende Hacienda como reparación. Si son gastos de reparaciones llevadas a cabo para ampliar el inmueble, estos no se pueden desgravar, porque no son gastos de conservación.
Impuestos y tasas
Aquí se incluye, por ejemplo, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o las tasas municipales de recogida de basuras, limpieza o alumbrado. Los que no se podrán deducir son aquellos gastos derivados de recargos de carácter sancionador.
Suministros de la vivienda y gastos de comunidad
En muchas ocasiones es el inquilino quien se encarga de pagar los gastos de los suministros, pero si eres tú el que los paga, debes saber que podrás incluirlos en la declaración para poder deducirlos. Además, si también asumes el gasto de la comunidad, podrás incluirlo en la declaración y si ese año ha habido un gasto extra en la comunidad, también hay que incluirlo.
Intereses de la hipoteca
En este caso, no hay que entender este gasto como la hipoteca en sí, sino los intereses que se han ido generando o los gastos derivados de la amortización de la hipoteca. La casilla 0104 es el lugar donde hay que indicarlo.
Gastos de formalización del contrato de alquiler
Puede que para alquilar tu piso hayas recurrido a una inmobiliaria o incluso hayas tenido que ir a un abogado para revisar el contrato, pues todos esos gastos también puedes incluirlos en tu declaración.
Primas de seguros del hogar e impago
Si has contratado seguros de hogar, seguros de impago o seguros de responsabilidad civil, todos los gastos derivados de las primas de cada uno de ellos hay que incluirlos en tu declaración de la renta.
Amortización de bienes inmuebles
En este apartado incluimos las amortizaciones de los bienes inmuebles, que representan el 3% sobre el valor catastral y también de los bienes muebles. Esto quiere decir que si el piso lo alquilas amueblado, esto se amortizará un 10% cada año de alquiler que pase.
Una vez tienes todos los gastos controlados, únicamente tienes que restarlos al alquiler cobrado y aplicar la reducción del 60% que hemos comentado anteriormente sobre esa cantidad. El resultado es que pagarás un 40% del rendimiento neto del alquiler en la declaración de la renta. Por ejemplo, si conseguiste 10.000€ alquilando tu piso, sólo sumarás 4.000€ al hacer la declaración. Esta reducción deberás incluirla en la casilla 0150.
Con estos datos, tus ingresos anuales suman 15.000 euros a los que hay que restar un total de 2.950 euros en gastos deducibles. El resultado es que su ganancia neta será de 12.050 euros.
Sobre esa cantidad, puedes aplicar una reducción del 60%, por lo que deberás restar 7.230 euros de la ganancia neta (12.050€), así deberás incluir el 40% restante (4.820€), que será el dinero que finalmente deberás incluir en la declaración de la renta dentro de la base imponible general. Es decir, que ese será el dinero que añadas al salario y otros ingresos que no sean inversiones.
Enfrentarnos a la Agencia Tributaria es algo que todos tememos, pero con las cosas claras y todo bien organizado, incluir el alquiler de tu vivienda en la renta es algo muy sencillo.
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